martes, 28 de abril de 2009

ME PERSIGUE INGRID....Y ALGUIEN MAS

ME PERSIGUE INGRID…..Y ALGUIEN MAS.

La más implacable fuerza que existe en la naturaleza es a la vez la más sutil, una combinación de varios elementos que componen una unidad difícil de describir. Me refiero por supuesto a lo que hemos conceptualizado como la feminidad, cuya única fuente es la mujer.

No hay elementos objetivos que podamos categorizar…y sin embargo existe.

Para muchos la feminidad sólo tiene que ver con hechos, circunstancias y cosas exteriores, meramente la forma: La forma en que una mujer se viste, se maquilla, camina, gesticula o hace ademanes.

Es conocida esa imagen de cliché en que una mujer de facciones simétricas y con cuerpo esbelto se incorpora bamboleando su cabellera, y sensual y delicadamente la arroja hacia atrás con un movimiento de cabeza mientras sonríe o finge sorpresa. Desde Rita Hayworth, Ingrid Bergman, Elsa Aguirre, hasta Alizée, esa imagen de inocente sensualidad ha hecho estragos en la fortaleza del hombre…quien diga que no, no es mi amigo…podrá ser mi comadre o mi estilista, pero no mi amigo. (Espero se entienda esta última afirmación para no tener que decirlo en lenguaje chilango)

Confieso que la imagen de Ingrid me ha perseguido dulcemente y en blanco y negro desde hace años.

Yo comparto esa idea de la forma, esa determinación de la forma en la percepción, pero no limito mi percepción de la feminidad sólo a eso.

Me es imposible reducir mi concepto de feminidad sólo a la imagen, intuyo que la feminidad tiene un fuerte componente interior, una fuerza interna que se construye por arte de magia o hechicería, que se agita como volcán y corre como riachuelo, se exterioriza dicotómicamente, mezclando características que parecieran imposibles de existir en unidad: poderío y delicadeza, sensibilidad y desparpajo, ternura y dominio, sensualidad y control…..

La feminidad entonces no sólo es la mezcla y exposición de elementos exteriores, por que hay casos en que una mujer puede no ser estéticamente agraciada, pero emana feminidad, o viceversa, puede tener una imagen hermosa y faltarle ese componente que haga de ella algo más que una bonita estampa.

Esto me lleva a pensar que la esencia de la feminidad y la feminidad misma es cuestión de apreciación y que puede ser conceptualizada pero jamás definida.

La feminidad en mi concepto tiene que ver con la intuición que sólo posee una mujer, con esa inteligencia precisa que le hace pisar firme cuando debe y delicado cuando así le conviene, tiene que ver con esos juegos sutiles de seducción que despliega como una telaraña invisible que nos atrapa y nos inmoviliza, con esa utilización de recursos infinitos que posee y exterioriza o guarda a su capricho: La voz, la mirada, la intención, el silencia, la pose…hasta la ausencia premeditada. Posee tal magia que hasta lo meramente físico y ajeno a su ser lo convierte en algo femenino, como decimos: “le da su toque”

Cuando los elementos físicos e interiores se conjugan en ese juego de inocente seducción sin duda el varón está en peligro, en un inminente peligro de que nuestras defensas se resquebrajen, nuestras creencias se pulvericen y nuestros egos se vayan a un pozo profundo del que es difícil salir…..hace tiempo que los míos no terminan de caer por la profundidad del pozo al que los enviaron.

¿Quién puede resistirse a la palabra voluptuosa y tierna de una mujer? …Creo que nadie, y mas aún cuando la palabra va unida a la delicadeza, a la entrega, a la pasión y a la inteligencia. Si a esto le sumamos esos elementos exteriores de belleza y cachondería natural de la mujer definitivamente estamos perdidos.

Y para terminar de joder nuestra perdición le aunamos un elemento exógeno que cumple la función de un fetiche como lo es una breve minifalda roja que cubre y muestra, que esconde y delata. El infierno y el paraíso pierden sus fronteras y el destino nos hace caminar por donde una vez existió esa línea divisoria.


En mi mente se ha fijado esa imagen inmensa e imprescindible de la mujer con la pequeña minifalda roja de vuelo natural, con pinzas, tableado o prenses -como se diga- que le confieren un movimiento pendular y le hacen oscilar al ritmo del paso femenino. Esa erótica y delicada visión me persigue en color como me persigue en blanco y negro la de Ingrid Bergman, nada más que ahora con mayor frescura y sin el mito de la estrella de cine.

Pequeña, tú sabes que esto lo escribo por ti, y que en esta vida me ataste a tu palabra, a tu ternura, a tu inteligencia y a tu delicadeza, se que la leerás y que irremediablemente me dirás que estoy loco; por tanto esta nota cumple su doble función para la que fue escrita y por lo cual está plagada de estupideces.

Primero.- Cumple la función de no dejar resquicio a la duda sobre mi locura, y

Segundo.- Va como una súplica de que vistas esa minifalda roja con prenses, camines conmigo de la mano y disfrutes un día de sol a mi lado, envolviéndome en esa telaraña suave que tejes para atarme, esa que sin duda forma parte de tu instinto y por tanto de tu feminidad.

Apaga la luuu ¿si?.

4 comentarios:

  1. Sin nada ke decir pues ya esta escrito todo, mas sin embargo te falto decir ke la feminidad es algo ke ati en lo personal te vuelve loco, amo tu pasion y tu entrega::: FEMINIDAD- Es el toke ke Dios le ha dado a la mujer para serla aun mas bella...X ziempre yo.

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  2. Hola vido!!!!
    ""los míos no terminan de caer por la profundidad del pozo al que los enviaron."" Esta no es la razón; son tres razones:los dos amarres que te he hecho ( de los cuales no es etico hablar aqui) y la forma que tenemos de discutir en la silla india. TE AMO !

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  3. Ke lastima k yo no pueda inspirar en ti esos sentimientos aunke me ponga la faldita roja jaja supongo k lo escibiste para la niña de sudamerica. Felisitala de mi parte y si un dia eskribes algo para mi le pido a santa o a los reyes magos k sea asi de intenso Besitos.

    Siempre tuya: Lau

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  4. Querida Lau:

    Agradezco infinitamente tus comentarios y el tiempo que te tomaste para leer mis tonterías. Tú sabes que nuestro tiempo pasó dejando sus propias intensidades y que mis mariposas de otoño ya no sobrevivirán para deleitarse con tus flores de primavera. Desde esta caótica ciudad, y desde el fondo de mi corazón te mando un abrazo y mis bendiciones, ojalá lleguen hasta ti, a ese paraíso que es más bello aún desde que habitas en él. Besos

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