Una voz con camino.

Las evocaciones de la nostalgia, los tiempos pasados que de alguna manera todos pensamos que fueron mejores en algún sentido, el recuerdo de lo que habíamos olvidado tiene siempre un encanto particular.


Hace unos días una bella señora de quien me precio ser su amigo, me envió un mensaje electrónico y adjunto a este un archivo de música. El sencillo mensaje decía: “Con todo mi cariño comparto esta canción contigo, escúchala y disfrútala, se que te gustará….Un abrazo”


Escuché la canción. Una voz contando tango, una voz llena de camino recorrido, de noches de bohemia, de amaneceres y soledades y ¿por qué no? Con ese dejo a buen vino.

Jorge Lezama se llama el intérprete; Venezolano de nacimiento por lo que supe después, con los tonos precisos de arena en la garganta, esos tonos que cualquier bohemio busca para engalanar una noche al lado de una linda mujer.

Sería grato que Lezama grabara un disco de tango, de inmediato lo adquiriría, y sería aún mas grato si entre las canciones incluyera “El último café”, uno de mis hitos que Julio Sosa convirtió en una obra maravillosa. Me gustaría escucharla en la voz del maestro Lezama, no para comparar, sólo para escuchar otra tesitura que yo pudiera llamar “Una voz con camino”.


De alguna manera la interpretación de Lezama hace esas evocaciones de los tiempos pasados, signo inequívoco de que el intérprete ha vivido en la bohemia y ha visto mas de una vez la sutil ojera de mujer que en ocasiones acompaña la madrugada.

Gracias amiga por compartir conmigo.